Ególatras, egotriperos, egoadictos, egomaníacos, egocompulsivos, autorreferenciales. Gente que solo puede hablar de sí misma, gente que realmente está convencida de que el mundo gira a su alrededor. Gente muy habilidosa, que se las arregla para desviar los más remotos temas de conversación hacia su persona, no importa que se trate del hambre en África, los cultivos hidropónicos o la última lipo de Susana, ellos siempre encontrarán un atajo en la conversación, que los devuelva al centro de la escena.
Gente a la que no se le puede hablar de absolutamente nada ajeno, ni siquiera de una desgracia. Lo de ellos siempre es peor, más grave, pero fundamentalmente más importante, claro, ¿cómo no? ¡Si se trata de ellos!!
De nada vale decirles “¡¡no sabés lo que le pasó a Roberto!!, ¡¡se le cayó el techo encima!!”, que rápidamente te contestarán “¿y a mí que se me está despegando el empapelado, eh, qué me contás?” Jamás se les va a ocurrir preguntarte cómo está el pobre Roberto, si se fracturó una pierna, o si los hijos estaban cuando ocurrió el derrumbe. Eso nunca.
Algunos de sus encabezados de frase preferidos son:
* “Escuchame bien” (“Escuchá bien” bastaría para cualquier otro mortal, pero para ellos el “me” es relevante.)
* “Lo que es yo…”
* “Si vos querés saber mi opinión…” (Generalmente nadie se las ha pedido, pero dentro de su imaginario esto carece de toda importancia, ya que en definitiva, todo remite a ellos.)
Los finales de frase más oídos, dentro de esta especie son:
* “Pst, te lo digo yo…” (El sólo hecho de decir “yo” le da más aval a toda la oración, que la mismísima Enciclopedia Británica o la Wikipedia.)
* “Haceme caso que yo de esto sé mucho…” (No importa de qué se trate, ellos saben mucho de todo).
Son los mismos que utilizan el celular como un método de autopropaganda. Están felices cuando les suena en un lugar público y logran atraer la atención de todos los presentes, con su ringtone estridente, que resuena a todo volumen y si alguien los mira con un asomo de molestia rápidamente aclaran, mientras atienden, “no, es que si no en la calle no lo escucho”. ¡Mentira!
Atienden a los gritos y continúan toda la conversación en el mismo tono, obligando a todos los presentes a escuchar “accidentalmente” la charla, no por que lo que tengan para comentar sea muy importante, ni si quiera muy rimbombante, no; muchas veces no pasa de un “poné el agua para el mate que llego en 15 minutos”, o alguna otra cotidianeidad del estilo, pero el mero afán de hacerse notar lo puede todo. Si señores, esto existe y temo decirles que de los ´90 a esta parte, con el voraz crecimiento de lo “mediático”, catapultado a su máximo esplendor por Internet y por algunas dinastías gubernamentales, propiciadoras y festejantes de la “vidriera”, el “afán de figurar” se ha hecho nuestro “hobby más sentido”, como bien decía el tango. Tenemos mails, “feisbuk”, fotografiamos y subimos todooo, si no está ahí, en “interné”, no existe, punto. Sabemos vida y obra de cualquier cuatro de copas (al decir de Gaby Koolen), que profundamente nos importa un pito, pero hay que estar, hay que ver y ahí estamos todos. Hasta blog!!! (pero juro que mi celular suena muy bajito y cuando estoy en un lugar público y a la otra gente no le queda otra que escuchar, la juego cortiiita la bocha y hasta luego).
En fin, que como en todo hay niveles y niveles, pero si todavía no han reconocido a uno de estos especímenes, obsesionados por darnos toooodo de sí, aunque nadie les haya pedido nada, shoppings, restaurantes, teatros, cines o cualquier otro lugar donde se desarrolle un evento público, pueden servir para pescar un buen ejemplar.
A modo ilustrativo, en el shopping: “¡¡Marita, Maritaaaaa!! ¡¡Acáaaa!! ¡Mirá, la camisa que estabas buscando para Alfredo!! (aha, todos nos enteramos de qué camisa quería Alfredo). Pero si hay un lugar, dónde realmente es muy, pero muy molesto encontrarlos, es en un espectáculo. Uno ha sacado la entrada con anticipación, se ha perfumado, ha hecho un programa y va inocentemente alegre, a disfrutar la función. No imagina, que al lado, atrás, adelante o en las proximidades de su asiento, puede haber un egoloco al acecho. Aplauden fuera de tiempo, comentan todo el tiempo, hacen que charlan con el artista, como si estuvieran a solas con él en el living de casa, les gritan cosas llamándolos por su nombre, o peor aún, por algún apodo, cuando todo el resto de la gente está callada, claman “¡bravó, bravó!” (si, con acento sobre la o) cuando el resto de la sala terminó de aplaudir… resumiendo, te cagan la función. Y ojito con decirles algo, porque te van a hacer quedar como un amargo e inadaptado social que no sabe comportarse. Si, es odioso y te hace sentir un perejil que gastó plata al divino botón, cuando se podría haber quedado en el confort e intimidad de su hogar, sólo con las personas que uno quiere y aprovechando una de las ventajas de los tiempos que corren, por que al fin y al cabo todo tiene dos caras, para qué asomar la nariz a la esquina, cuando todo está en youtube!!
Constanza y Matute - 14
Hace 4 semanas
5 comentarios:
JAJAJAJAJA!! ES VERDAD!
EXISTEN!!
Y TE PUEDEN ARRUINAR UN DIA COMPLETO, NO SOLO UNA FUNCION TEATRAR O ALGUN ESPECTACULO O PELICULA.
MUY BUEN POST!
SALUDOSSS.
Hay egolocas que se dedican a la políticatambién. Vaticinan hecatombes y apocalípticos sucesos, miran a la cámara, cual Rita Hayworth, aunque estén algo entradas en carnes para hablarle al Universo en toda su extensión.
Por suerte no las siguen mucho, pero ellas se las ingenian para echarle la culpa de su derrotero a alguna conspiración de corporaciones o algo así.
En todos lados se cuecen egolocos/as amiga Euge. Beso
y viste cómo es... en todas partes se cuecen habas, jeje! ¿A quién te referirás? Será tal vez a una señora rubia, pasada de bronceado artificial, con labial rosa perlado y conocidos delirios místicos? Horroooor! salud mujerdeolébajoelbrazo! cómo ves a los hombres de Diego para mañana?
Si, la misma. Columnista estable de TN y del programa de Majul.
De los hombres de Diego, qué decirte ahora que vimos en la cancha todo lo que no hay que hacer cuando se juega contra Brasil.
Tengo comentario al respecto y es muy largo.
Te esperamos por allá. Besos
ay Mujer...! mientras digiero mal la derrota contra Paraguay y trato de ir haciéndome a la idea de cómo será un mundial sin Argentina, acabo de ver tu comentario, por aquí. Leí tu nota sobre la derrota ante Brasil y espero con ansias el que postees luego de este desastre, aunque más no sea para echar un poco de luz sobre este total desconcierto que siento.
besos
Publicar un comentario