Y continuando con la minuciosa observación del homo sapiens sapiens, especie dominante que adorna las viñas del Señor, se distingue un tipo de ser, capaz de engañar al observador distraído, que se arrastra por los pantanos y se retuerce cual lagartija y que sin embargo es humano. Lo denominaremos
lumpen.
Lumpen: “…dos síndromes combinados, carácter parasítico (…) y alienación (…) Puede
provenir o estar vinculado a casi cualquier clase social, puede apoyarse en cualquier combinación de elementos desplazados de cualquier clase social, o en clases sociales o grupos étnicos, puede ser de cuello y corbata o puede parecerse a la imagen estereotipada del hampón desgreñado. Más normalmente, sin embargo, no es su aspecto o su estatus lo decisivo, sino su manera de insertarse en los mundos de la reproducción social…”Los he visto con mis propios ojos y como explica la definición, no se trata de dinero, no se trata de clase social, se trata de actitud, de actitud baja, bajísima… Porque uno puede pasar por momentos de la vida con más o menos guita, pero ese no es el punto, el punto es la dignidad, palabra desconocida por esta especie. Siempre se puede pedir ayuda, siempre se puede apelar al beneficio del “yo no puedo”, pero no, claro, eso es algo demasiado elevado.
He visto a uno de ellos sentarse en un restaurant, junto a un grupo de compañeros de trabajo, no pedir absolutamente nada más que un vaso de agua de la canilla y luego tomar el limoncito de la milanesa de otro y exprimírselo en su vaso, puaaajjjj!!! Lo juro! Pedir que le conviden algo no, eso no, eso es ser demasiado gente… Mejor esperar a que todos terminen de comer y con el hilo de baba chorreando, juntar todas las sobras y pedir que se las envuelvan en un paquetito
para mañana, ayyyy!! Desesperante.
He sabido de otro ejemplar siempre dispuesto a juntar todas las sobras de los otros, incluso a insistir en que le sean donadas como si fuera un derecho legítimo o a pedir cosas insólitas como “¿no te sobra un colchón?” Nooo!!, por supuesto que no!, ¿por qué habría de sobrarme un colchón? ¿A caso es algo que suele sobrarle a la gente?, “¿che, no te sobra un auto?” Ridículo.
Lo que deberían saber, lo que habría que avisarles es que generan el efecto opuesto. Fomentan el egoísmo en el prójimo. Uno, al verlos venir se agarra fuerte de sus cosas, cuidando que no se nos vaya a caer ni una miga de nada, porque ahí estarán ellos en el piso, rápidos para recogerla. ¡Mío, mío, mío y si quiero no te doy!! ¡Ahh, qué difícil es ser una persona de bien, cuando el mundo está lleno de gente dispuesta a sacar lo peor de uno!
9 comentarios:
basicamente como todos los personajes de Eduardo Blanco no?
como el de Luna de Avellaneda seguro,je!
Eduardo Blanco, totalmente!!! Hagamos un petitorio y juntemos firmas para que Campanella lo excluya de sus películas. Porque si no fuera por Campanella este muchacho andaría pidiendo colchones por ahí... haciéndo un falso Roberto Begnini, hablando un tano todo mal...
Perdón Euge, te dejo que ya me duele un poco el estómago.
Saludos, entre el desahogo de Diego y esto...
Lo pensé mejor y no hagamos nada, que se quede en las películas de Campanella, total...
sii, digamos que dentro del contexto Campanella encaja perfecto, porque también es un típico representante de lo "argento", digo esto de ser un poco lumpen, no?
saludos Mujer!!
A mi me hace acordar a otro personaje, con eso del limon y la milanesa, mamita!!!!!
Genia como siempre.
Ni Campanella ni nada, ese muchacho no debería actuar mas....me deprime!
http://bestiaria.blogspot.com/
recomiendote
USTEDES HABLAN DEL LUMPEN Y RESULTA QUE EL LUMPEN ES PEOR DE LO QUE SE IMAGINAN. QUE HABLADERA DE TONTERIAS.....PARECEN COTILLAS, ALA.....OJALA ALGUNO ESCRIBIERA AUNQUE SEA UN CUENTO CHINO.......VERDAD QUE NINGUNO LO HA INTENTADO... Y LLRVARLO A CABO MENOS IMAGINO ...DEJEN DE HABLAR DE ESTE INSIGNE ESCRITOR VENEZOLANO COTILLAS
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