OB-SE-SIÓN!

*Las sillas equidistantes con respecto a la mesa y entre sí.
*Las toallas con ambos bordes plegados hacia adentro y luego pasadas por el toallero.
*Los repasadores plegados igual que las toallas y colgados del barral de la puerta del horno.
*Las pantuflas paralelas, a la derecha de la mesa de luz (no, a la izquierda no es lo mismo).
*En la bandejita de acero inox. dónde se llevan la sal y la pimienta a la mesa, el salero a la izquierda y el pimentero a la derecha.
*El paño amarillo que se utiliza para secar la mesada, doblado al medio y colgado en la división entre ambas piletas de la cocina.
*La tapa del inodoro baja y la puerta del baño cerrada, SIEMPRE.
*Los controles de la TV y del dvd, paralelos sobrel el dvd.
*Disposición de los imanes y las postales en la puerta de la heladera a criterio estético inamovible. Si un imán es colocado, por algún distraído, en otro lado, diferente a su ubicación estética dentro del plano, será detectado de inmediato y vuelto al sitio que mantiene alineado el universo.
*El monitor de la computadora y los elementos subsiguientes alineados de esta forma: primero las dos tazas portalápices, luego la cajita con camafeo, luego la tinta para el sello y luego el almanaque. Cualquier subversión a este orden será denunciada ante quien se estime responsable del hecho...
...y la lista podría ser infinita! Puede que el lector considere que estas conductas arriba descriptas, pertenecen a una persona con un avanzado caso de TOC (Trastorno Obsesivo-Compulsivo), sin embargo es la canalización de la neurosis, puesta en pavadas como éstas, la que mantiene a los seres en su carácter de aparente "normalidad" y como individuos sociales, que reprimen el impulso de asesinar al que te tira el auto encima cuando el semáforo está a tu favor para cruzar, las ganas de romperle la cara a sillazos al tipo que se te sienta atrás en el bar y habla por celular a los gritos, o el fuerte deseo de ahorcar con el cinturón de seguridad al señor taxista, que defiende el accionar militar de la última dictadura.
¡Qué vivan los rituales y a salir calle abajo con Miguel Mateos en el mp3, a todo volumen, OB-SE-SIÓN!